servicios de la robotica



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Resumen: El término Robots de Servicio apareció a finales de los años 80 como una necesidad de desarrollar máquinas y sistemas capaces de trabajar en entornos diferentes a los fabriles. Los Robots de Servicio tenían que poder trabajar en entornos noestructurados, en condiciones ambientales cambiantes y con una estrecha interacción con los humanos. En 1995 fue creado por la IEEE Robotics and Automation Society, el Technical Committee on Service Robots, y este comité definió en el año 2000 las áreas de aplicación de los Robots de Servicios, que se pueden dividir en dos grandes grupos: 1) sectores productivos no manufactureros tales como edificación, agricultura, naval, minería, medicina, etc. y 2) sectores de servicios propiamente dichos: asistencia personal, limpieza, vigilancia, educación, entretenimiento, etc.
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 En este trabajo se hace una breve revisión de los principales conceptos y aplicaciones de los robots de servicio. Copyright © 2008 CEA-IFAC Palabras Clave: Robots de servicio, robots autónomos, robots de exteriores, robots de educación y entretenimiento, robots caminantes y escaladores, robots humanoides. 1. INTRODUCCION Desde los primeros desarrollos hace unos 50 años, la Robótica ha experimentado una extraordinaria expansión en el ámbito de la fabricación de diferentes sistemas industriales, especialmente de automóviles. Para ello ha utilizado los robots, denominados industriales, de gran popularidad en los ámbitos tecnológicos que tienen un mercado ampliamente consolidado (Taner, 1979). 

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En la última década ha aparecido una necesidad de extender estas realizaciones a otros ámbitos, tratando de que los robots realicen tareas distintas de las industriales de producción citadas anteriormente (García et al., 2007). Para responder a esta demanda aparece lo que se denomina Robótica de Servicio (Engelberger, 1989). La Federación Internacional de Robótica, organismo que coordina las actividades en esta área tecnológica de los países con mayor nivel de desarrollo define un robot de servicio como: Un robot que opera de manera automática o semiautomática para realizar servicios útiles al bienestar de los humanos o a su equipamiento, excluyendo las operaciones de fabricación. http://riai.isa.upv.es ISSN: 1697-7912. Vol. 5, Núm. 2, Abril 2008, pp. 6-13 El nombre surge por la inquietud de la comunidad científica de realizar desarrollos destinados a estar al servicio de la sociedad, tratando de que ésta reconozca y apoye sus resultados. Desde el punto de vista social hay aún muy pocos desarrollos en esta área que hayan impactado en nuestra forma de vivir, pero en los centros de investigación especializados en robótica hay una gran actividad en investigación con este objetivo y, posiblemente, en un plazo relativamente inmediato podremos ver robots de servicio operando de forma masiva (Balaguer, 2005; Balaguer et al., 2007)). 2. SECTORES ECONÓMICOS DE APLICACIÓN Es evidente, y está en la mente de todos, que los robots son los sistemas que en un futuro van a realizar la mayor parte de las tareas de tipo físico, especialmente las más pesadas. Sin querer ser exhaustivos se pueden citar los siguientes sectores como posibles usuarios principales de estos robots: ƒ Agricultura ƒ Construcción ƒ Minería ƒ Energía ƒ Espacio ƒ Seguridad y defensa ƒ Sanidad En todos ellos, y en muchos más, hay cantidad de tareas que se deben y se pueden robotizar (United Nations EC for Europe, 2006). Ello requerirá el desarrollo de robots específicos, labor que los fabricantes de robots no están realizando y que sólo en centros de investigación se efectúa. Como características especiales de los robots de servicio, que los hacen diferentes de los robots industriales, se pueden destacar las siguientes: ƒ En su aspecto físico los robots dejan de ser un simple brazo, como lo son los robots industriales, para formar una estructura más compleja que puede tener varios brazos y otros dispositivos. ƒ En general los robots de servicio incluyen dispositivos de locomoción que le dan la capacidad de desplazarse en los diferentes medios en que se vaya a desenvolver. A veces el robot es sencillamente este dispositivo de locomoción. ƒ La complejidad y falta de estructuración de las operaciones que tienen que realizar, así como la diversidad de objetos que deben manipular, exigen que los robots de servicio estén dotados de un potente sistema sensorial. En cuanto a la estructura física existen cada vez más exigencias respecto a las características de éstas. Se puede hablar de robots de elevadas dimensiones o de elevada capacidad de carga (Song y Waldron, 1989; Molfino et al., 2005 (ver Fig. 1)), lo que requiere estructuras muy robustas, o mini, micro y nanorobots, de dimensiones extraordinariamente pequeñas, capaces de introducirse en cavidades de dimensiones muy pequeñas para realizar tareas complejas (Cavalcanti et al., 2008; Requicha, 2003). Figura 1. Roboclimber, robot escalador para consolidación de laderas de montañas (CSIC) Los robots de servicio deben tener también la capacidad de desplazarse para situarse en su lugar de trabajo, a veces situado alejado del puesto de control o en un lugar de muy difícil acceso o situado en un entorno incómodo o peligroso para los humanos (Aracil et al., 2002; Ferre et al., 2005) (ver Fig. 2). Figura 2. ROBTET, robot para el mantenimiento de líneas de alta tensión (UPM) La gran variedad de entornos y situaciones en los que se puede desenvolver un robot exige capacidades de locomoción desarrolladas para ello. Así se puede hablar de robots terrestres dotados de sistemas de desplazamiento basados en ruedas o, cuando la disposición del medio lo requiera, de patas (González de Santos et al., 2006). Una de las contribuciones de los trabajos en locomoción de robots, con buenos resultados prácticos aunque aún no definitivos, ha sido en los sistemas automáticos de conducción de automóviles. R. Aracil, C. Balaguer, M. Armada 7 Estos, con exigencias en cuanto al entorno mucho más fuertes que los ya citados de aviones o barcos, son uno de los puntos de atracción de los investigadores en robots móviles. Igualmente en sistemas de locomoción hay que citar los robots submarinos con capacidad de desplazarse en el agua (ver Fig. 4) (Aracil et al., 2005, Ridao et al., 2001). Igualmente los robots aéreos con capacidades de volar (ver Fig. 3) (del Cerro et al., 2006, Ollero et al., 2006), robots trepadores y deslizantes (Balaguer et al., 2006). Figura 3. Robot helicóptero para inspección y vigilancia (UPM). Figura 4. REMO, robot de rescate submarino (UPM). Las necesidades de navegación autónoma de los robots, así como los requerimientos de manipulación de objetos de formas y tamaños diversos exigen también la dotación de sofisticados sistemas sensoriales (Montes et al., 2006), Un robot debe ser capaz de reconocer el entorno en el que se va a mover, así como la forma de los objetos que va a manipular. Ello le permitirá además conocer los obstáculos que impiden su movimiento y tomar decisiones para esquivarlos. La visión, igual que en los seres vivos, es el sentido más apropiado para este cometido, especialmente la denominada visión 3D cuyo propósito es conocer la tercera dimensión de los objetos. También es importante destacar las capacidades sensoriales en fuerzas de las que pueden estar dotados los manipuladores de los robots que les permiten realizar tareas con gran destreza y precisión. 3. ROBOTS PERSONALES Se pueden considerar bajo este término todos aquellos robots con capacidades de convivir con las personas y de realizar tareas que incidan directamente en su forma de vida (Hüttenrauch y Severinson, 2006). Formalmente formarían parte de los robots de servicio, pero merecen un apartado por su mayor impacto social. Se incluyen en este grupo los robots domésticos, robots de vigilancia, robots de entretenimiento, robots sanitarios, robots en bibliotecas y museos, etc. (Balaguer et al., 2005; Ballantyne y Moll, 2003; Bostelman y Albus, 2006, Prats et al., 2004). La realización de las tareas domésticas, todos sabemos, es uno de los problemas importantes con que se enfrentan actualmente las sociedades avanzadas. El desarrollo de equipos capaces de aminorar la carga de trabajo en las casas se ha venido haciendo desde hace más de cincuenta años con la invasión de electrodomésticos, bastantes de ellos imprescindibles en toda vivienda. Pero, aunque a algunos se les haya denominado robots, todos tenemos la conciencia de que esa denominación no corresponde a sus prestaciones. Un robot doméstico debe realizar las tareas de la casa con total autonomía sin más intervención de las personas que, como mucho, para realizar una programación previa de sus actividades (Park et al., 2008). El primer sistema que responde a las características de un robot que ha penetrado en el mercado de los equipos domésticos ha sido el robot aspiradora. Éstos son programables, están sensorizados, utilizan algoritmos que les permiten cubrir todo el suelo del recinto a aspirar, se desplazan siguiendo el límite de las paredes y alrededor de los muebles y son capaces de dirigirse al punto de alimentación eléctrica cuando sienten que sus baterías están bajas. Además sus costes están en línea con cualquiera de los electrodomésticos de funcionamiento manual. Existen varias compañías que los comercializan y sus ventas han sido del orden de un millón de unidades. Se espera que en el plazo de unos diez años en la mayor parte de las viviendas exista uno. Otras funciones susceptibles de ser robotizadas en un futuro son las de manipulación inteligente de objetos domésticos, como vajillas u otros utensilios, ordenación de armarios o estanterías, etc. Estos robots todavía no existen, aunque en algunos centros de investigación se está trabajando en su desarrollo. 
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Deben contar, además de con brazos manipuladores, con sistemas de locomoción, así como con métodos sencillos de programación de sus actividades. En este sentido, los métodos de aprendizaje automático e imitación son los que quizás tengan mayor futuro. Ya 8 Robots de Servicio hay algunas compañías comerciales que ofertan robots de vigilancia en las casas, que pueden recorrer las distintas habitaciones o los alrededores de una vivienda detectando la presencia de intrusos e identificándolos. Tienen dispositivos de locomoción, normalmente con ruedas, y un sistema de comunicaciones que permite ser programado desde un lugar remoto y enviar información de sus sensores o imágenes a un puesto de control en la vivienda o a un teléfono programado. Figura 5. ASIBOT, robot de asistencia a personas discapacitadas (UC3M). Una extensión de este tipo de robots, aún en desarrollo en ciertos centros de investigación, es el robot de asistencia a ancianos o discapacitados (Balaguer et al., 2005) (ver Fig. 5). Se estima que en el año 2025 el 20% de la población europea será mayor de 65 años, muchos de ellos con necesidad de ayuda para desarrollar una vida normal. Es claro que la solución definitiva a este problema se tendrá que realizar con la introducción masiva de robots que ayuden a personas dependientes en la realización de sus tareas cotidianas como vestirse, bañarse, realizar su aseo personal, comer, etc. Lógicamente, el nivel de interacción de estos robots con los humanos tiene que ser muy fuerte y ello exige un elevado sistema cognitivo cuyo desarrollo se encuentra en la actualidad lejos de poderse considerar acabado. Un colectivo muy importante que tiene que tener una atención especial en temas de dependencia es el infantil y adolescente, periodo de desarrollo que exige especial atención. En la actualidad es complejo de prestar este cuidado por la estructura de la sociedad actual. En este sentido, lo dicho en robots de vigilancia es válido para realizarla igualmente en este grupo social. Pero más interesante para este colectivo que lo dicho es la educación. En este tema es posible el desarrollo de robots específicos que pueden aportar elementos de ayuda que contribuyan a mejorar esta acividad tan importante socialmente. Se trataría de robots con un gran sistema sensorial, buena capacidad de movimiento, en especial de las fracciones de la cara para producir gestos y, por supuesto, con sintetizadores y reconocedores de voz para comunicarse. Todo ello con el objetivo de conseguir un elevado grado de interacción. Figura 6. Maggie, robots de educación y entretenimiento (UC3M). El robot podría ayudar a buscar información a través de una interconexión a Internet, recomendar temas de estudio, hacerles preguntas sobre determinadas materias, proponerles problemas, todo ello acompañado de los movimientos y gestos o cambios de voz que hagan más agradable el aprendizaje. En los ratos libres puede ser un compañero de juegos adaptándose a la edad de sus interlocutores o intercambiando chistes, canciones o bailes, tal y como aparece en la Fig. 6 (Salichs et al., 2006, Gorostiza et al., 2006) En este último sentido de robots de entretenimiento, pero con muy escasas funciones en cuanto a interacción, se encuentran los robots mascota. En la actualidad existen en el mercado bastantes robots con forma de perros, gatos, muñecos, etc. Especialmente en Japón, aunque también en toda Europa, este mercado ha experimentado un gran crecimiento que sin duda se incrementará con la incorporación de otras funciones como vigilancia, seguridad, etc. Es importante, para completar esta visión de los robots personales, hablar de la asistencia y cuidado de enfermos y, en general, de las oportunidades que los robots ofrecen en el campo de la sanidad. En asistencia a enfermos existen ya prototipos de robots que realizan rondas de vigilancia en hospitales llevando los medicamentos que los enfermos deben ingerir en cada momento. Igualmente pueden monitorizar y transmitir a un puesto remoto de control las variables sobre el estado del paciente. Pero en lo que se vislumbra un futuro verdaderamente prometedor es en el campo de la cirugía. Ésta ha prosperado en los últimos años gracias a los medios tecnológicos de la que se ha R. Aracil, C. Balaguer, M. Armada 9 dotado. Entre los principales figuran los que introducen elementos robóticos como los de laparoscopia y, en general, la denominada cirugía mínimamente invasiva (Casals et al., 1996, Muñoz et al., 2000). 4. EL FUTURO DE LA ROBÓTICA Ya en la década de los 70 se decía que en el desarrollo de la Robótica se iban a suceder tres fases: el nacimiento e infancia, que reflejaba la situación de la misma en aquellos tiempos, un crecimiento progresivo hasta alcanzar una madurez, y la explosión. En esta última fase, se decía, se iba a producir un uso masivo de los robots en todas las actividades de la vida con la pretensión de que ellos hicieran todas las labores productivas y de servicio (Rosheim, 1994). Los humanos se podrían dedicar entonces de lleno al desarrollo y disfrute de la familia, de la naturaleza, de la cultura, del deporte y de las artes (Hirai et al., 1998; Armada, 2005). Técnicamente gran parte de las bases para esta revolución están desarrolladas. Como primer paso será necesario hacer real el uso de los robots de servicio en todas sus aplicaciones (Aracil et al., 2007; Armada et al., 2003; Asada y Christensen, 1999). Los trabajos en las minas o en el campo los pueden realizar robots (Armada et al., 2007). Igual los de la construcción, tanto civil como en edificación (ver Fig. 7) (Balaguer et al., 2005; González de Santos et al., 2000; González de Santos et al., 2008). Figura 7. Robotab2000, robot de asistencia para el manejo de cargas elevadas (CSIC). Los servicios de seguridad y defensa son más eficaces si los realizan robots. Será necesario desarrollar robots especializados en cada una de estas actividades y en cada uno de esos entornos en que se desenvolverán (ver Fig. 8). La cantidad de personas que en la actualidad trabajan en estas tareas puede dar idea de la cantidad de robots que serían necesarios para sustituirlos. En lo referente a robots personales (Zinn et al., 2004) los intentos están en concebir uno que realice todas las funciones que se han citado para ellos (ver Fig 9). Figura 8. Silo 6, robot caminante hexápodo para la detección de minas antipersona (CSIC). Será un robot asistente, vigilante y amigo que conviva con cada familia compartiendo todos sus hábitos. Serán los que hagan las tareas de la casa de cocinar, limpiar y realizar sus reparaciones y mantenimiento, pero además vigilarán la misma y ayudarán a las personas que requieran asistencia, como niños y ancianos. Podrán distraernos relatándonos noticias o fantasías, jugar con nosotros a nuestros juegos favoritos o recordarnos nuestras obligaciones y compromisos diarios. De una idea del número necesario de estos robots ya tenemos la referencia: al menos uno en cada casa. Hay temas para hacer esto realidad que aún requieren un desarrollo tecnológico importante, aunque ya se han dado bastantes pasos en esa dirección. Se trata del desarrollo de lo que podríamos denominar los cerebros de los robots. Estos deben ser procesadores con capacidad de realizar las mismas funciones que los cerebros humanos. Es claro que en capacidad de memorizar datos y en rapidez de procesado los equipos de cálculo superan las capacidades de nuestro cerebro. También se han dado pasos importantes en el desarrollo de sistemas con capacidad de razonar y tomar decisiones sobre una situación concreta: en este sentido tenemos los sistemas de lógica borrosa, los sistemas expertos y las redes neuronales. Figura 9. Rh1, robot humanoide de tamaño natural (UC3M). 10 Robots de Servicio Pero aún hace falta más, por ejemplo el sistema emocional. La interacción con humanos exige dotar a los robots de un sistema de estas características. Los robots deben expresar emociones como alegría, tristeza, sorpresa, miedo, etc. Realmente en humanos, y también en robots, el expresar estas emociones se realiza con los gestos de la cara, en realidad movimientos de cejas, ojos y boca, y también con el tono de la voz. Esto es sencillo de implementar en robots y de hecho ya se realiza en algunos. Más complejo es construir modelos del sistema emocional de tal manera que estos estados emotivos respondan a estímulos que el robot percibe de su exterior: en qué situaciones y cuando un robot debe sonreír o llorar, gritar o susurrar, mostrar simpatía o firmeza, miedo, etc. (Malfaz et al., 2006). Esto es más complejo de realizar, aunque ya existe algún modelo del sistema emotivo. Más difícil aún es captar el estado emocional de las personas u otros robots con las que se interactúa para adaptar su comportamiento al mismo. Además de estos intentos de modelar comportamientos hay varias líneas de estudio que tratan de modelar el comportamiento del cerebro desde el punto de vista de aprendizaje y creación de la conciencia. La línea de investigación, quizás, más prometedora, es aquella que configura estos cerebros como redes de neuronas artificiales que interactúan entra ellas y que pueden aprender conductas de comportamiento en función de estímulos. Así se puede ya sintetizar comportamientos semejantes a los insectos y se podrá ampliar estos al de animales con mayores aptitudes de interacción como los de los mamíferos y posteriormente como los de los hombres. La naturaleza tardó millones de años en realizar esta evolución pero, sin ninguna duda, en algunas décadas tendremos buenos resultados en estos cerebros artificiales. También es interesante, en un contexto de vaticinio del futuro de los robots, citar alguna de las aportaciones que otras disciplinas, como la nanotecnología o la biotecnología, pueden realizar a la robótica en las próximas décadas. La primera de ella, la nanotecnología, permitirá la construcción de nanorobots (Cavalcanti et al., 2008), es decir, sistemas del tamaño de una molécula dotados de movimientos y que, unidos entre sí formando colonias que operan conjuntamente, permitirán la sintetización de objetos que cambien de forma o de color. Se podrá pensar en disponer de herramientas que se adapten al perfil del objeto sobre el que van a actuar o utensilios que cambien de forma en función de la tarea a la que se vayan a destinar. También estos nanorobots trabajando colectivamente podrán ser usados como infatigables trabajadores construyendo o montando todos los objetos que necesitemos. De manera similar a las hormigas o las abejas, siguiendo sus estrategias de trabajo en grupo, con cientos o miles de estos nanorobots, se podrá, por ejemplo, realizar exploraciones de zonas desconocidas, quizás en otros planetas o en las profundidades marinas. Nanorobots de características similares podrán ser utilizados en biotecnología. Con concepciones semejantes, pero utilizando componentes orgánicos, se podrían construir órganos artificiales para implantes o vehículos diminutos que se introduzcan en los cuerpos para realizar cirugías o reconocimiento de determinados órganos o para depositar, o incluso ser, la medicación microscópica para curar determinadas células enfermas. Igual a como los pueblos y ciudades cambiaron de aspecto durante el siglo pasado y a como la vida de los hombres se hizo más confortable por la influencia de la electricidad y de los desarrollos electrónicos, un mayor cambio ocurrirá en el mundo de nuestro entorno cuando se haga realidad esa expectativa
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