ANTECEDENTES Y PROSPECTIVA DE LA ROBÓTICA
¿QUÉ ES UN ROBOT? ¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LA PALABRA ROBOT?
Robot, máquina controlada por un ordenador y programada para
moverse, manipular objetos y realizar
trabajos a la vez que interacciona con su entorno.
Los robots son
capaces de realizar tareas repetitivas de forma más rápida, barata y precisa
que los seres humanos. El término procede de la palabra checa robota, que
significa “trabajo obligatorio”; fue empleado por primera vez en la obra
teatral de 1921 R.U.R (Robots Universales de Rossum) por el novelista y
dramaturgo checo Karel Éapek. Desde entonces se ha empleado la palabra robot
para referirse a una máquina que realiza trabajos para ayudar a las personas o
efectúa tareas difíciles o desagradables para los humanos.
HISTORIA DE LA
EVOLUCIÓN DE LOS ROBOTS
El concepto de máquinas automatizadas se remota a la
antigüedad, con mitos de seres mecánicos vivientes. Los autómatas, o máquinas
semejantes a personas, ya aparecían en los relojes de las iglesias medievales,
y los relojeros del siglo XVIII eran famosos por sus ingeniosas criaturas
mecánicas. Algunos de los primeros robots empleaban mecanismos de
realimentación para corregir errores, mecanismos que siguen empleándose
actualmente. Un ejemplo de control por realimentación es un bebedero que emplea
un flotador para determinar el nivel del agua. Cuando el agua cae por debajo de
un nivel determinado, el flotador baja, abre la válvula y deja entrar más agua
en el bebedero. Al subir el agua el flotador también sube, y al llegar a cierta
altura se cierra la válvula y se corta el paso del agua. El primer auténtico
controlador realimentado fue el regulador de Watt, inventado en 1788 por el
ingeniero británico James Watt. Este dispositivo constaba de dos bolas
metálicas unidas al eje motor de una máquina de vapor y conectadas con una
válvula que regulaba el flujo de vapor.
A medida que aumentaba la velocidad de la máquina de vapor, las bolas se
alejaban del eje debido a la fuerza centrífuga, con lo que cerraban la válvula.
Esto hacía que disminuyera el flujo de vapor a la máquina y por tanto la
velocidad. El control por realimentación, el desarrollo de herramientas
especializadas y la división del trabajo en tareas más pequeñas que pudieran
realizar obreros o máquinas fueron ingredientes esenciales en la automatización
de las fábricas en el siglo XVIII. A medida que mejoraba la tecnología se
desarrollaron máquinas especializadas para tareas como poner tapones a las
botellas o verter caucho líquido en moldes para neumáticos. Sin embargo,
ninguna de estas máquinas tenía la versatilidad del brazo humano, y no podían
alcanzar objetos alejados y colocarlos en la posición deseada. El desarrollo
del brazo artificial multiarticulado, o manipulador, llevó al moderno robot. El
inventor estadounidense George Devol desarrolló en 1954 un brazo primitivo que
se podía programar para realizar tareas específicas. En la década de 1970 los
robots se difundieron en muchos otros sectores industriales, desde la industria
mecánica a la electrónica, tanto así que ya se emplean en las más variadas
tareas, sueldan y pintan automóviles, embalan materiales y objetos, alzan
pesadas cargas, atornillan y desatornillan tuercas, sueldan circuitos. En 1975,
el ingeniero mecánico estadounidense Victor Scheinman, cuando estudiaba la
carrera en la Universidad de Stanford, en California, desarrolló un manipulador
polivalente realmente flexible conocido como Brazo Manipulador Universal
Programable (PUMA, siglas en inglés). El PUMA era capaz de mover un objeto y
colocarlo en cualquier orientación en un lugar deseado que estuviera a su
alcance. El concepto básico multiarticulado del PUMA es la base de la mayoría
de los robots actuales. La investigación en este campo ha dado pasos de gigante
en los últimos años, ya que se están trabajando en robots, para emplearlos en
asistencia a minusválidos, en intervenciones de los primeros auxilios en
lugares inaccesibles o en la eventualidad de catástrofes ambientales. Este
último es el caso de la telerrobótica, sector de investigación nacido en los
últimos años con el objeto de estudiar y desarrollar robots que puedan ser
controlados a distancia. De todos modos, ya en 1979, en Estados Unidos, tras el
accidente nuclear de Three Mile Island se utilizaron robots para retirar los
desechos radiactivos.
¿CÓMO FUNCIONAN LOS ROBOTS?
El diseño de un manipulador robótico se inspira en el brazo
humano, aunque con algunas diferencias. Por ejemplo, un brazo robótico puede
extenderse telescópicamente, es decir deslizando unas secciones cilíndricas
dentro de otras para alargar el brazo. También pueden construirse brazos
robóticos de forma que puedan doblarse como la trompa de un elefante. Las
pinzas están diseñadas para imitar la función y estructura de la mano humana.
Muchos robots están equipados con pinzas especializadas para agarrar dispositivos
concretos, como una gradilla de tubos de ensayo o un soldador de arco. Las
articulaciones de un brazo robótico suelen moverse mediante motores eléctricos.
En la mayoría de los robots, la pinza se mueve de una posición a otra cambiando su orientación. Una computadora calcula los
ángulos de articulación necesarios para llevar la pinza a la posición deseada,
un proceso conocido como cinemática inversa. Algunos brazos multiarticulados
están equipados con servo controladores o controladores por realimentación que
reciben datos de un ordenador. Cada articulación del brazo tiene un dispositivo que mide su
ángulo y envía ese dato al controlador. Si el ángulo real del brazo no es igual
al ángulo calculado para la posición deseada, el servo controlador mueve la
articulación hasta que el ángulo del
brazo coincida con el ángulo calculado. Los controladores y los ordenadores
asociados también deben procesar los datos recogidos por cámaras que localizan
los objetos que se van a agarrar o las informaciones de sensores situados en
las pinzas que regulan la fuerza de agarre.
Cualquier robot diseñado para moverse en un entorno no
estructurado o desconocido necesita múltiples sensores y controles (por
ejemplo, sensores ultrasónicos o infrarrojos) para evitar los obstáculos. Los
robots como los vehículos planetarios de la NASA necesitan una gran cantidad de
sensores y unas computadoras de a bordo muy potentes para procesar la compleja
información que les permite moverse. Eso es particularmente cierto para robots diseñados
para trabajar en estrecha proximidad de seres humanos, como robots que ayuden a
personas discapacitadas o sirvan comidas en un hospital. La seguridad debe ser
esencial en el diseño de robots para el servicio humano.
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