DEFINICIÓN
DE
ROBÓTICA
El origen etimológico de la palabra robótica lo encontramos,
ni más ni menos, que en el checo. En concreto, en la unión de dos términos:
robota que puede definirse como “trabajo forzado” y en rabota que es sinónimo
de “servidumbre”. De la misma forma, hay que subrayar que la primera vez que
empieza a hacerse referencia más o menos a ella fue en el año 1920 en la obra
del escritor Karel Capek titulada “Los robots universales de Rossum”.
Robótica
La robótica es la ciencia y la técnica que está involucrada
en el diseño, la fabricación y la utilización de robots. Un robot es, por otra
parte, una máquina que puede programarse para que interactúe con objetos y
lograr que imite, en cierta forma, el comportamiento humano o animal.
La informática, la electrónica, la mecánica y la ingeniería
son sólo algunas de las disciplinas que se combinan en la robótica. El objetivo
principal de la robótica es la construcción de dispositivos que funcionen de
manera automática y que realicen trabajos dificultosos o imposibles para los
seres humanos.
Actualmente la robótica ha ido evolucionando a pasos
agigantados y ha dado lugar al desarrollo de una serie de disciplinas como
sería el caso de la cirugía robótica. En este caso, la misma tiene como claro
objetivo el mejorar la salud del ser humano y para ello lleva a cabo una serie
de intervenciones quirúrgicas muy complejas que requieren una gran precisión.
Así, mediante robots se consigue eliminar los peligros que trae consigo el que
sean acometidas por la mano del hombre.
De esta manera, hay que resaltar, por ejemplo, la existencia
de un robot llamado Da Vinci que se ha convertido en uno de los pilares de la
mencionada cirugía. Se trata de un dispositivo a través del cual se han
conseguido llevar a cabo con éxito operaciones tan importantes como las de
cirugía transoral.
Asimismo, la robótica ha conseguido también crear robots que
sean útiles para asistir y ayudar a todas aquellas personas que se encuentran
con algún tipo de discapacidad física. Y eso sin olvidar el conjunto de robots
que se están diseñando en el ámbito militar para, por ejemplo, llevar a cabo
operaciones de salvamento.
El escritor Isaac Asimov (1920–1992) suele ser considerado
como el responsable del concepto de robótica. Este autor, especializado en
obras de ciencia ficción y divulgación científica, propuso las Tres Leyes de la
Robótica, una especie de normativa que regula el accionar de los robots de sus
libros de ficción pero que, de alcanzarse un grado de desarrollo tecnológico
semejante, podrían aplicarse en la realidad futura. Dichas reglas son impresas
como fórmulas matemáticas en los “senderos positrónicos” de la memoria del
robot.
La Primera Ley de la Robótica señala que un robot no debe
dañar a una persona o dejar que una persona sufra un daño por su falta de
acción. La Segunda Ley afirma que un robot debe cumplir con todas las órdenes
que le dicta un humano, con la salvedad que se produce si estas órdenes fueran
contradictorias respecto a la Primera Ley. La Tercera Ley establece que un
robot debe cuidar su propia integridad, excepto cuando esta protección genera
un inconveniente con la Primera o la Segunda Ley.
El origen etimológico de la palabra robótica lo encontramos,
ni más ni menos, que en el checo. En concreto, en la unión de dos términos:
robota que puede definirse como “trabajo forzado” y en rabota que es sinónimo
de “servidumbre”. De la misma forma, hay que subrayar que la primera vez que
empieza a hacerse referencia más o menos a ella fue en el año 1920 en la obra
del escritor Karel Capek titulada “Los robots universales de Rossum”.
Robótica
La robótica es la ciencia y la técnica que está involucrada
en el diseño, la fabricación y la utilización de robots. Un robot es, por otra
parte, una máquina que puede programarse para que interactúe con objetos y
lograr que imite, en cierta forma, el comportamiento humano o animal.
La informática, la electrónica, la mecánica y la ingeniería
son sólo algunas de las disciplinas que se combinan en la robótica. El objetivo
principal de la robótica es la construcción de dispositivos que funcionen de
manera automática y que realicen trabajos dificultosos o imposibles para los
seres humanos.
Actualmente la robótica ha ido evolucionando a pasos
agigantados y ha dado lugar al desarrollo de una serie de disciplinas como
sería el caso de la cirugía robótica. En este caso, la misma tiene como claro
objetivo el mejorar la salud del ser humano y para ello lleva a cabo una serie
de intervenciones quirúrgicas muy complejas que requieren una gran precisión.
Así, mediante robots se consigue eliminar los peligros que trae consigo el que
sean acometidas por la mano del hombre.
De esta manera, hay que resaltar, por ejemplo, la existencia
de un robot llamado Da Vinci que se ha convertido en uno de los pilares de la
mencionada cirugía. Se trata de un dispositivo a través del cual se han
conseguido llevar a cabo con éxito operaciones tan importantes como las de
cirugía transoral.
Asimismo, la robótica ha conseguido también crear robots que
sean útiles para asistir y ayudar a todas aquellas personas que se encuentran
con algún tipo de discapacidad física. Y eso sin olvidar el conjunto de robots
que se están diseñando en el ámbito militar para, por ejemplo, llevar a cabo
operaciones de salvamento.
El escritor Isaac Asimov (1920–1992) suele ser considerado
como el responsable del concepto de robótica. Este autor, especializado en
obras de ciencia ficción y divulgación científica, propuso las Tres Leyes de la
Robótica, una especie de normativa que regula el accionar de los robots de sus
libros de ficción pero que, de alcanzarse un grado de desarrollo tecnológico
semejante, podrían aplicarse en la realidad futura. Dichas reglas son impresas
como fórmulas matemáticas en los “senderos positrónicos” de la memoria del
robot.
La Primera Ley de la Robótica señala que un robot no debe
dañar a una persona o dejar que una persona sufra un daño por su falta de
acción. La Segunda Ley afirma que un robot debe cumplir con todas las órdenes
que le dicta un humano, con la salvedad que se produce si estas órdenes fueran
contradictorias respecto a la Primera Ley. La Tercera Ley establece que un
robot debe cuidar su propia integridad, excepto cuando esta protección genera
un inconveniente con la Primera o la Segunda Ley.
No hay comentarios:
Publicar un comentario